SOLO EL CIELO LO SABE (All that Heaven allows)

Es una película de Universal Pictures, del año 1955. Dirigida por Douglas Sirk, esta protagonizada por Jane Wyman, Rock Hudson, Agnes Moorehead y Conrad Nagel. Es un auténtico dramón, y solo dura 85 minutos.

Real como la vida misma, esa es la impresión que saque al ver la película.
He de reconocer que no la había visto nunca, pero si había oído hablar de ella. Cuando la compré para verla solo me esperaba un drama de los de antes, muy entretenido pero sin ningún tipo de atractivo especial. Me equivoqué. Y me alegro.Cuando una viuda, interpretada por la perfecta Jane “no toques mis viñedos” Wyman, empieza a salir en sociedad después de guardar un tiempo el luto por su difunto esposo, descubre que aún es atractiva para los hombres y que no es tarde para seguir viviendo. Lo malo es que los prejuicios de la sociedad en la que vive no la dejan mucho margen de maniobra, por lo que tiene que rechazar a dos candidatos. ¡En una misma noche! Increíble. Poco iba a pensar, que era con el muchacho que le arreglaba el jardín de cuando en cuando, de quien se iba a enamorar.
Este muchacho, interpretado por Rock “con lo machote que parecía” Hudson, también se enamora de ella, y la corteja, hasta que al final ella cede ante sus impuestos criterios morales y se prometen. Hasta aquí todo bonito.

Lo malo es que sus hijos, los mismos que antes la decían “Ve y diviértete mamá, que aún eres joven y no tienes que estar en casa toda tu vida”, no ven con buenos ojos que se case con alguien sin apenas dinero, teniendo ellos más que de sobra. Y entre unos, los hijos, y los otros, la comunidad de ricos en la que viven, ella termina su relación con Hudson. Él, correcto como los hombres de antes, no hace ningún comentario fuera de lugar y la deja ir, con gran pesar.
Al final se da cuenta la viuda, que sus hijos son egoístas. Y esto lo descubre cuando ya no vienen tan a menudo, cuando en navidad su hija la dice que se va a casar en Febrero (un poco más rápido y lo hacen para el día de los inocentes), y su hijo se marcha al extranjero. Para colofón final, el hijo la aconseja vender la casa puesto que ya no vendrán tan a menudo. Y es que es el mismo hijo el que la recriminaba cuando estaba con el jardinero, que porque se iba a vivir a la casa de este, cuando su familia había vivido en la mansión familiar durante generaciones. Cuando escuché eso, me entraron unas ganas de darle un bofetón al niñato ese, que pa´que.
Por suerte no termina del todo mal la película, y pude alegrarme, sino, le calzo un bofetón.
De todas formas, es una lección que no olvidare, puesto que mi madre también es viuda, y espero que cuando encuentre de nuevo el amor, no sea yo tan capullo como los hijos de esta pobre mujer.