Es una película del año 1972, dirigida por Sam Peckinpah, y protagonizada por el genial Dustin Hoffman, la sensual Susan George, el rudo Peter Vaughan y el perdido David Warner. Son 112 minutos que no te dejarán indiferente.
Efectivamente, esta es una de esas películas que mientras la ves, y sobretodo después de verla, empiezan a pasarte un montón de preguntas, de respuestas y lo peor de todo es que muchas de ellas me asustan, de verdad.
En este film vemos a un matrimonio, formado por Dustin Hoffman y Susan George, los cuales se trasladan a un pueblecito inglés, puesto que a él le han dado una beca para investigaciones. Como ella vivió allí hace años, y sabe que es un lugar tranquilo, pues se lo lleva. Tranquilo, sí, sí.
Dustin es un hombre tímido, que no le gusta destacar. Y su mujer, pues bueno, si que la gusta destacar un poquito. Sobretodo cuando al ver a su ex, Peter Vaughan, en vez de dejarle las cosas claras desde un principio, pues le va dando espacio.
Así que el señor Peter, junto a otros tres “personajes” del pueblo, se deciden a ayudar a Dustin en la reparación del techo del granero. Y empiezan los problemas.
David Warner interpreta a un personaje con un extraño comportamiento relacionado con jovencitas, y en más de una ocasión es tentado por una de ellas.
Por desgracia para el señor Hoffman, los actos de su mujer, los de los que arreglan el tejado, y el suyo propio, les harán pasar una jornada que no olvidarán nunca.
El señor Peckinpah, conocido por su utilización de la violencia en sus películas, no te deja imparcial en esta. Aquí se puede abrir el debate de si el fin justifica los medios, y el hasta donde puede una persona tranquila llegar. Nada ocurre por azar, y todo lo que haces tiene su consecuencia, cosa que últimamente parece que no está de moda (lo de las consecuencias de tus actos), puesto que en la mayoría de las series que parece que echan en la televisión, de esto se olvidan. Los valores morales que se difunden ahora son el beber por diversión, el aquí te pillo aquí te mato, el mentir a tus amigos o a tus padres (esto encima es motivo de celebración y de madurez), y demás sin sustancias que inundan nuestra “querida” televisión. Y aunque parezca que en esta película se fomenta la violencia por la violencia, no es así. Aquí se critica y te indica hasta donde se llega si vas por ese camino. Bueno, no sigo por aquí, que al final me voy a parecer a mi querido compañero Gary (es que todo se pega).
En fin, que la película está francamente bien, y no decir nada más, solo que la sensualidad que desprende al principio de la película Susan George, es proporcional a la tontuna o timidez que desprende ese gran actor que es Dustin Hoffman.
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